“Y he aquí, el Señor pasaba… y tras el fuego un silbo apacible y delicado. Y cuando Elías lo oyó, cubrió su rostro con su manto…” 1 Reyes 19:11-13 En medio de esta generación saturada por imágenes, algoritmos y sonidos sin dirección, necesitamos escuchar nuevamente el silbo apacible del Señor. Nuestra alma ha sido expuesta a un ruido constante que anestesia la conciencia y reemplaza la convicción con comodidad. Hoy no enfrentamos persecución violenta, sino una persecución invisible: la indiferencia, el entretenimiento, el evangelio diluido, y la cultura de la…
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